sábado, 19 de noviembre de 2011

Expresiones de desahogo

Soy un tonto
Siempre arruino las cosas construidas por mis manos con mis pies.

Es increíble lo malvado que somos los seres humanos aun siendo cristianos genuinos.
Es increíble que aun así Dios quiere trabajar con nosotros y muchas veces nos quiere usar para ser parte de la expansión de su reino eterno en la tierra.

Es increíble lo malvado que somos los hombres y mentimos, usamos sofismas, con tal de justificar nuestras malas practicas. Sé que ya Dios nos tiene nuestra recompensa bien guardadita.

No hay nada que se haga oculto o mal intencionado debajo del cielo que no sea revelado a todo el mundo.
Es increíble que aun Así no cuidamos las sendas que toman nuestros pies.

Solo se sabe lo que se tenía cuando algún día lo pierdes. No dejes perder lo que ya tienes, más bien dale su justo valor.

El hombre sabio no se jacta de conocedor, más bien, se tiene así mismo por ignorante.

Es increíble lo insensible que es el corazón, que actúa y aun sabiendo las consecuencias sigue actuando como si nada traerán.

Dios tiene que hacer algo con aquellos que se pasean por la vida con tanta insensibilidad. Creo que El le tiene su recompensa bien reservada.

Más esperanza hay para un necio precavido que para un hombre incauto.

El hombre sabio se toma su tiempo para pensar bien las cosas.

Prefiero la sabiduría que el dinero. Porque una puede darle la otra, más nunca el dinero podrá darme sabiduría alguna.

Más esperanza hay de un necio que para un hombre que se deleita en lo que sabe que esta mal, y que actúa con insensibilidad.

Oro, OH Dios, por un corazón de carne, sensible a tu voz.

Es bueno tener la escritura para uno refugiarse y vaciar sus ideas y pensamientos.

¿Que esperanza hay cuando se reúnen los insensatos? ¡Ninguna!

El necio siempre cree tener la razón, pero sus hechos dicen lo contrario.

Los sofistas quedaran delatados ante la Verdad.

Un día toda rodilla se doblara ante Jesús.

Que bueno es que Dios sea mi consolador.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Actitudes de un hombre Piadoso.

Salmo 138


El rey David, autor de este salmo, pudo reconocer toda la plenitud de Jehová Dios de los Ejércitos, y pudo experimentar Su Majestad y su Grandeza. Pero aun así, no lo veía como un Dios distante e inalcanzable, sino más bien que tuvo una balanceada relación con Dios, donde reconocía Su Plenitud y Majestuosidad, y donde también él sabía que era un Dios personal, el cual atendía a sus súplicas. Éste es el contraste que vemos en este salmo y la actitud que el autor toma ante esta realidad.

Este es un salmo de liberación, lo que significa que el rey David se sentía liberado por Dios de alguna situación que lo oprimía, le daba temor, inseguridad o que le causaba alguna frustración. De hecho, él mismo dice: “Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás” . El estaba confiado en que Dios lo iba a ayudar aún cuando su alma se encontrara en el momento más lúgubre. No obstante, aun en el mayor de los peligros, él estaba confiado en que Dios lo salvaría .

Haremos un breve análisis de las actitudes que apoderaban al rey David, al momento en que escribió este salmo.

I. Actitud de adoración

La primera actitud que observamos en el rey David es la de adoración.
“Te alabaré con todo mi corazón” (V. 1a).

Esta expresión evidencia la actitud con la cual vivía el rey David. Es como decir, “no importa cuál sea mi situación, siempre estaré dispuesto a alabarte, y no solamente de una manera superficial, sino que lo haré con todo mi ser”. Tenemos que reconocer que no siempre adoramos a Dios con todo nuestro corazón, de hecho muchas veces pecamos porque le decimos cosas (cuando oramos y cantamos) que distan mucho de la realidad con la que vivimos.

Nuestro Señor Jesús nos dice que el Padre anda buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad . Esto nos muestra que no sólo debemos expresarle cosas que exalten la grandeza de nuestro Dios y las maravillas que Él hace en nuestras vidas, sino también que debemos vivir vidas que sean coherentes con lo que le expresan nuestros labios cuando oramos y cantamos al Señor.


II. Actitud reverente

La segunda actitud que observamos es una actitud reverente.
“Me postraré hacia tu santo templo” (V. 2a).

Esta expresión evidencia que el rey David no se presentaba delante del Señor de una manera trivial. Es como decir, “yo me presentaré delante del Ser más Grande, más Poderoso, más Sublime, delante del Dios Soberano, Rey del universo y de todo cuanto existe, por tanto, no tengo ninguna otra opción que postrarme, humillarme delante de Él y reconocer toda Su Grandeza, reconocer cuán pequeño y débil soy”.

He aquí la otra enseñanza de este salmo. Al presentarnos delante del Señor, no debemos hacerlo como si fuera algo trivial e irrelevante, ¡no!, sino con reverencia, no sólo con lo que le decimos sino también, con una actitud desde el corazón, que se evidencie en lo corporal.

El mismo Apóstol Pablo nos anima a levantar manos santas delante del Señor . No es de una manera fría que debemos exaltar a Dios, sino que la actitud con la que debemos hacerlo debe llevar a todo nuestro ser a alabar y a bendecir a nuestro Dios.

III. Actitud de esperanza

“Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y me salvará tu diestra” (Vs. 7-8).
El rey David estaba convencido de que a pesar de que Dios es Excelso, Él atiende al humilde . Él sabía que a pesar de que Dios es Majestuoso, que ni aun los cielos de los cielos lo pueden contener , Dios lo iba a socorrer, si él se mantenía en una actitud de humildad delante de Él. Y por eso decimos que el rey David tenia una actitud de esperanza, él mismo dice: “Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y me salvará tu diestra”. Él sabía que aun en el momento más crítico de su vida, de Dios vendría su ayuda y su salvación.
Es como decir: no importa si no tengo dinero, si me votaron del trabajo, si tengo muchas deudas y no sé como pagarlas, si tengo una enfermedad terminal, no importa cuán feo esté el panorama de mi vida, con todo yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación .


Estas son las diferentes actitudes que observamos en un hombre piadoso, como lo era el rey David, un hombre que tenia mucho conocimiento intelectual de la persona de Dios, pero vemos en este salmo a un hombre que vivía lo que conocía de Dios. Este es el gran reto que tenemos nosotros al estudiar teología, es llevar toda esa información que tenemos de Dios al corazón, y que se haga evidente en nuestro andar, en cómo nos relacionamos con ÉL (a quien estudiamos) porque lo amamos con todo nuestro ser.
Es curioso que el autor concluye este salmo con una petición: “No desampares la obra de tus manos ”. Es una petición clamando por piedad y por misericordia. Así debemos concluir nosotros nuestras oraciones, clamándole al Señor por su ayuda, que nos asista en cada cosa que emprendamos, no importa lo insignificante que sea, debemos rogar al Señor, que Su gracia se evidencie en nuestras vidas. Que dependamos totalmente de nuestro Maravilloso Dios, porque separados de él, nada podemos hacer .
Razones por las que debemos adorar a Dios con buenas actitudes según este Salmo 138:

• Porque Dios es superior a los dioses (V. 1).
• Porque es Misericordioso y Fiel (V.2).
• Porque Él atiende a nuestras súplicas (V. 3).
• Porque Dios fortalece nuestras almas (V. 3).
• Por los dichos de su boca (por Su Palabra) (V. 4).
• Porque Su Gloria es Grande (V. 5).
• Porque Dios es Excelso (V. 6).
• Porque atiende al humilde y al altivo mira de lejos (V. 6).
• Porque nos da vida en medio de nuestras angustias (V.7).
• Porque extiende Su mano y nos libra de la ira de nuestros enemigos (V. 7).
• Porque Nos salva (V. 7).
• Porque cumplirá sus propósitos en nosotros (V. 8).
• Porque su misericordia es para siempre (V. 8).