miércoles, 21 de septiembre de 2011

¡Gracias!


Gracias te doy Señor, mi Dios, por tu creación. Todo lo que creaste es hermoso, necesario, armonioso. Has hecho las aguas, las plantas, la tierra para deleite mío y para mi bienestar. Cuantas gracias he de darte para que sepas cuan agradecida me siento.



Gracias te doy Señor, Mi Salvador, por tu sacrificio. Tu cuerpo clavado, tu sangre cubriendo mi pecado, tus manos horadadas me avergüenzan por mi suciedad, me humillan por mi persistencia en desagradarte, me guían por tu ejemplo de entregarte y me dan esperanza por la grandeza de tu gracia. Gracia irresistible que mostrando tu sacrificio al Padre me obliga a seguirte por la eternidad, a adorarte mientras haya aliento en mi ser y aun cuando no tenga; y me obliga a arrodillarme y entregar mi vida a ti.

Gracias te doy Señor, mi Salvador, por tu resurrección, con la que prometes estar conmigo por los siglos de los siglos. Gracias porque tu gloria y poderío sobre todo lo creado, sobre la vida y la muerte, sobre principado y potestades, se evidencia cada día en mi ser.

Gracias te doy mi Señor, mi fortaleza, porque me sostienes y nunca me dejas caer. Tú eres mi roca fuerte y la razón de mi dormir y mi despertar. No encuentro otra razón a mi respirar constante que tu amor profundo, tu atención permanente y tu cuidado incomparable por tus hijos.

Gracias te doy mi Señor, mi escudo, porque se que me proteges. Cada día manifiestas tu poder en mi vida y me guardas de las ocurrencias del maligno. Gracias porque siento, veo, conozco y comparto tu protección, tu pronto auxilio, tu amparo.

Gracias te doy Señor, mi Libertador, por la serenidad con que vivo, por la seguridad de tu cuidado, por la humillación que haces que se produzca en mi para ser un esclavo por amor; amor que tú me diste y me
enseñaste.

Gracias te doy Señor, mi Pan de vida, porque con tu palabra experimento lo que es estar saciado ¡sin haber comido! Tu palabra es pan de vida para mi mente, mi alma y mi cuerpo. Me uno al rey David diciendo que en mi corazón guardaré tus dichos para no pecar contra ti. Y para estar siempre saciada de tu luz en mi camino.

Gracias te doy Señor, mi guía, mi consejero, mi cántico de esperanza.


0 comentarios:

Publicar un comentario