sábado, 28 de agosto de 2010

¿Estás seguro de serlo?

¿Cómo sabes que eres salvo? ¿Cómo sabes que verdaderamente eres salvo? ¿Porqué hiciste una oración? ¿Porqué creíste? ¿Porque alguien te lo dijo? ¿Porqué tuviste fe?

Déjame hacerte otra pregunta: ¿Cómo sabes que creíste? Pues todos los que se pierden dicen lo mismo. Jesús dice en Mateo 7:21: "no todo el que me dice SEÑOR, SEÑOR entrará al reino de los cielos. Literalmente él está diciendo, no todo el que confiese mi nombre será salvo. De manera, que tú confesión por Cristo no significa nada.

Hacer una oración para supuestamente entregarle tu vida a Jesús no te salva. Que pidieras perdón por tus pecados e invitaras a Jesús a tu corazón no te salva.

Mi amig@, si no te arrepientes todos los días, no eres cristian@. El arrepentimiento no se trata de confesar y pedir perdón por algo que está mal, para luego seguir haciendo lo mismo como si nada hubiera pasado.

No se trata de una simple confesión de labios o de aparentar cosas exteriormente. Es más bien una actitud interior que se refleja naturalmente en todo nuestro ser.

Es correr por el lado contrario del pecado. Es buscar por los méritos de Cristo, y por la inmensa gracia de Dios; con toda la diligencia apasionada que sólo busca agradar a Dios. Para alejarnos de lo pecaminoso, de lo mundanal, de aquellas cosas que Dios aborrece. Por sólo hacer Su Santa y Bendita voluntad y no la nuestra.

De qué nos sirve guiar a las personas a los pies de Cristo, si luego los vamos a dejar solos para que vivan una vida igual a la que viven las personas que nos son cristianas.

Y es que el ser cristiano no consiste en asistir los domingos y los miércoles a la iglesia, y luego que salgo de sus puertas continúo viviendo igual que los demás. Créeme, es mucho más que eso.

¿Cómo sabes entonces si eres salvo o no? Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. La respuesta es muy fácil entonces. ¿Estás siendo transformado por Dios? ¿Estás produciendo los frutos del espíritu santo en tu vida? O ¿Te vistes como el mundo, actúas como el mundo, caminas como el mundo, oyes al mundo, te pareces al mundo, hueles al mundo?

Si hiciste profesión de fe por Jesús y esta no ha sido duradera, es decir, si no estás creciendo en santidad, entonces no has sido salvo.

Un árbol de frutos buenos no puede producir frutos malos. Igual, un árbol de frutos malos no puede producir frutos buenos (Mateo 7: 17-18). La pregunta que te hago es la siguiente: ¿Qué tipo de frutos estos produciendo? La conclusión es la siguiente: “todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego”.

Aquí Jesús está hablando de la ira de Dios. El juicio de Dios vendrá sobre ti y te arrojará en el infierno si dices que has confesado a Cristo y no estás haciendo la voluntad de su Padre.

No se trata de que conozcas a Jesús. Se trata de que Jesús te conozca a tí. (Mateo 7:23)

2 comentarios:

martin rivas dijo...

guao... un poco confuso pero,sumamente verdad!!!

Estefania.Fernandez♥ dijo...

Cierto Muy Cierto me encanto.

Publicar un comentario